Junior, sin credibilidad: técnico y jugadores por debajo de los retos de un grande
La eliminación en Sudamericana es una nueva muestra de su baja capacidad.
Las cuatro puñaladas que le asestó al corazón del Junior la noche de este jueves el modestísimo equipo argentino Unión de Santa Fe fue una aterrizada, nuevamente, a las verdaderas cualidades del equipo rojiblanco.
Un onceno con un entrenador, con muchas explicaciones, pero sin soluciones, y unos jugadores que le han quedado grandes las últimas responsabilidades.
Juan Cruz Real estuvo tan confundido e impotente en la rueda de prensa como en el partido.
Solo repartió disculpas a los hinchas, que se quedaron fríos con su falta de acción, dijo que fue un partido donde “no salió nada”. Es la segunda vez que utiliza esa excusa en corto tiempo.
Seguramente que al entrenador no le salió nada porque nada hizo para que las cosas le salieran. Fue un partido donde Junior insistió con las mismas dos o tres fórmulas de siempre, falta de recursos tácticos y prácticamente ninguna jugada de laboratorio.
Además, ya con el partido abierto, los cambios de Cruz Real no fueron para nada innovadores y tampoco ayudaron, siquiera, a crear la ilusión de que el descuento estaba a la vuelta de la esquina.
Y es que la falta de preparación y jerarquía del argentino fue algo que se puso en tela de juicio hace seis meses cuando fue anunciado como entrenador del equipo a mediados de diciembre del año pasado.
Al final, el gran objetivo, la clasificación al torneo internacional y los 500 mil dólares que esto le aportaba al equipo, se le fueron de las manos. Además, puso en entredicho el éxito de la campaña de abonos del equipo que a la fecha no termina de despegar.
Pero es que no solo pasa por ahí. La otra cara de la moneda de la deshonra es la carga de este grupo de jugadores y sus referentes. Léase, Sebastián Viera, Gabriel Fuentes, Didier Moreno, Freddy Hinestroza, Luis González, Miguel Ángel Borja, Carmelo Valencia, entre otros nombres de vieja data.
Ellos mismos fueron los que se llevaron siete eliminaciones de la mano de Luis Amaranto Perea, no pudieron ganarle a un grande con Arturo Reyes y llevan el mismo camino con Cruz Real donde de los últimos 12 puntos de local tan solo han cosechado 4 unidades.
El descalabro mayúsculo de un equipo que llegó primero y con la mejor opción de clasificar y terminó tercero, no se explica por sí solo en la cabeza del grupo como lo es el timonel. Es que sus jugadores tampoco dan respuesta.
Viera vivió una noche infernal con cuatro goles con tres tiros. El primero fue un autogol en el que tuvo responsabilidad por falta de reacción. En las otras tres llegadas, nada pudo hacer. No tuvo una atajada para salvar a su equipo.
Y en el otro costado de la cancha, es imposible concebir que el artillero del equipo, Miguel Ángel Borja, vuelva a fallar goles para la clasificación. El penal desperdiciado pesa demasiado para un goleador de su calibre, en un momento que pudo marcar otra historia. Increíblemente le pesó la responsabilidad.
Y en cuanto a las caras nuevas, como Yesus Cabrera, Omar Albornoz, Daniel Giraldo y Fernando Uribe, todavía no han justificado su contrato con el equipo. Este último, el delantero, se perdió nuevamente un partido fundamental y ya se da como un hecho su salida del equipo.
Al final de cuentas, entre cuerpo técnico y jugadores, el desastre fue para nunca olvidar.
Ahora viene la lucha por la estrella, lo único que podría salvar este semestre, pues la clasificación en Copa Colombia era de todos los objetivos el menos importante. Solo queda ver si este Junior encuentra eso que tanto le falta y nunca ha podido sacar a relucir: la jerarquía en los momentos claves.